Me siento feliz de estar un poco triste, así, sutil y suavemente triste. Es como si estuviese felizmente muerta. Ligera con un vestido de seda. Sonrío. Creo que hasta me estoy amando en este momento. No reniego de mi gusto por la nostalgia, por las fotos en blanco y negro, por los poemas de Hanni y Lihn, no reniego de mis ganas de llorar por las mañanas y mucho menos de mi gusto por, Philip Glass, Radiohead o Yann Tiersen. Al mismo tiempo celebro el recordarme bailando música africana desnuda en casa, bebiendo sola, riendo y llorando, brindando conmigo misma ante el espejo. Estoy completa, con todos mis grises y todas mis fluorescencias escarchadas y chillonas. Siento que mi corazón es amarillo pollito y que mis ojos son melancólicos, pero no hay contradicción. Simplemente estoy completa.
Creo que esta noche me temo mucho menos. No hay problema en ser quien soy, no hay problema en representar ese “camino que no quisiste recorrer”, ni tu, ni tu, ni tu. No importa. Hoy no importa. No importa ser ese lugar por donde no quieres pasar, no importa, yo estoy inherentemente habitada y transitada por mí misma. Soy inevitablemente mi transeúnte. Este, mi paso, siempre estará lleno de mí. De mí, y mis inevitables infinitas presencias. Siento que en este momento al reconocerme “feliz de estar un poco triste”, estoy haciendo mi sueño realidad: recorro dos caminos al mismo tiempo. No me encuentro negando algo para afirmar a un solo tipo de ser. Me reconozco simultánea, auto-paralelica. Recorro mi felicidad y mi tristeza, las dos, al mismo tiempo y con gusto. Estoy fascinada y asombrada. Tan asombrada como Tales cuando aquella noche que se cayó en un hueco por andar viendo las estrellas, maravillado de que nos estuviese pasando todo esto de existir. Las letras me están fluyendo y eso es buena señal, estoy destapada, no me siento taponada. Estoy diciendo lo que tengo que decir, y la hoja en blanco me recibe sin el más mínimo reparo. Siempre abierta, receptiva, nueva, en blanco, inmaculada, virtualmente inmaculada. Bendita seas modernidad, gracias por esta blancura en Word, por este espacio vacío, realmente vacío. Me siento hasta enamorada, creo esta canción de Radiohead “Man of war” hace que mi cara se ponga muy bonita. Qué bonita me siento echada sobre mi cama con las manos sudadas un viernes por la noche en Mérida, Venezuela, esperando a que mañana sea otro nuevo día de Guerra Civil.Hace Qué bonita me siento echada
sobre mi cama, encima de mi cobija roja, con las manos sudadas un viernes por
la noche sobria en Mérida, Venezuela, esperando a que mañana sea otro nuevo día
de Guerra Civil. Aquí en Venezuela se está muriendo todo lo que tiene que
morir y está viviendo lo que tiene que vivir. Honro a los muertos, honro a los
vivos, acepto los hechos. Amo el drama, pero me siento un poco libre de el. Hace 10 años era otra, tenía miedo del amor y de los penes,
ahora los amo, los honro y los deseo, es rara la noche en que no deseo uno,
desnudo, cerca de mi rozando mi muslo. Que bonito este deseo, mi deseo,
nocturno, silencioso, lujurioso, bañado de amor y de tabu
Esta noche, no hay competencia entre mi tristeza y mi felicidad, no hay jerarquía ninguna reina sobre la otra: me siento feliz de estar triste. No hay envidia. Estoy templada. Gracias Arcano 14, que sumado, te me conviertes en 5, gracias por ese 5 que picado por la mitad se me parece a un arcano in-descrito: mitad puta, mitad virgen, mitad sabía, mitad ingenua, mitad joven, mitad vieja, mitad santa, mitad humana: El arcano 2,5. Ni papisa, ni emperatriz, sino 2,5. Un arcano del tarot que no existe. Una pausa en el tiempo. ¿Cuántos decimales podrían caber entre un arcano y otro? ¿Cuál es la distancia que hay que recorrer para viajar de un misterio a otro? ¿Cómo llegue a ser quien soy hoy? Lo maravilloso del tarot es que viajar a cualquier momento de la historia siempre resulta posible, y no solo posible, sino revelador y maravilloso.
Las cartas están echadas, ahí, boca abajo, reposando después de la barajeada, movimiento-calma-movimiento-calma: elección, todo es posible, y un movimiento sutil de tu mente decide a que quieres ponerle luz. ¿Qué quieres poner en luz? ¿Qué quieres
saber?
¿Pero y que pasa con todo el otro montón de cartas que ésta vez no fueron? ¿Qué pasa con las cartas no elegidas? Eres en simultaneo tu elección y también tu no elección. Presencia y ausencia, luz y sombra. La sombra te espera, no la abandones, ve a recogerla y a acariciarla, ella también es digna de amor.
Todas las otras cartas están ahí dormidas, boca abajo, viendo hacia otro lado, viendo tu otro lado, en serenidad. Un arcano no sufre de ansiedades, un arcano sabe que te pertenece, por eso cuando lo alzas, responde siempre con ligereza, y sin hacer resistencia, una carta del tarot físicamente no pesa nada, pero histórica y metafísicamente pesa todos los átomos del universo. Los arcanos llevan encima el peso de todos los astros, no hay más luz “allá” en el sol que aquí, no hat más espacio allá “afuera” que aquí “adentro” en este cuerpo. No subestimo mi poder, ni el tuyo, reconozco que soy capaz de ordenarme y volverme una constelación brillante, muy brillante. No existe caos que no se encuentre inevitablemente preñado de orden y obviamente viceversa.
Bueno da igual todo lo anterior, lo importante es que logré escribir algunos párrafos y que me reconozco en mí presencia y mis ausencias. Soy mi camino a recorrer y me siento felizmente triste de ser mi propia compañía. No sé hasta dónde caminaré, no sé en qué momento o en que lugar de mi historia vuelva a toparme con otra persona que desee recorrerme, acompañarme. Supongo que tú, el próximo, también ya te encuentras recorriéndote en algún lugar del mundo. Nos veremos cuando aprendamos a viajar en el tiempo y pueda yo a través de un agujero negro llegar a tu historia y tú a la mía. Espero que aprendamos pronto a penetrar el tiempo y el espacio, para así moldear el destino, deseo doblar el espacio-tiempo y encontrarte. Espero que tú también estés felizmente triste en este momento. Te amo.
Desearía tener muchas más noches como esta, pues cuando este tipo de letras me visitan me siento felizmente sola. Gracias amigas por venir, curiosa simbolización llena de misterios infinitos, mar de pequeñas sombras poéticas. Gracias por el aviso de que algo poético aún vive en mi. Me siento dispuesta a morir, no tengo miedo de volver a ser otra. Otro arcano, otra carta, otro mensaje, otro tiempo, otra amante, otra otredad, otra hora, otra lugar, otra que recorrer, otra que amar: otra que no está feliz o triste, sino felizmente triste, reconciliada. Otra.